Rock progresivo
Hacia 1973 la banda Contraluz combinó el rock con matices progresivos y folk. Este sería uno de los grupos más influyentes en los años previos al estallido del rock progresivo y sinfónico.
Tal vez el primer gran grupo sinfónico/progresivo fue Crucis. Su música atrajo seguidores en la escena underground, para luego comenzar a tocar en lugares más grandes. Hacia 1975 su música comenzó a gustar cada vez más en el público, al punto de que el mismo Charly fue a ver uno de sus conciertos para «comprobar su perfomance».
Espíritu, banda formada en 1973, sería un grupo seguido internacionalmente en la última parte del apogeo del rock sinfónico. Su primer disco, Crisalda, es citado como su mejor álbum. El Reloj, una banda proveniente del heavy metal, se hizo más progresiva con su disco homónimo de 1975.
Una grupo sinfónico que tendría un gran año en 1976 sería ALAS, con artistas como Rodolfo Mederos y Pedro Aznar en su formación. Luis Alberto Spinetta encabezaría su tercera banda, Invisible, en ese año. Su música sinfónica teñida de tango le otorgaría la atención de la crítica. Reino de Munt, otra banda de rock progresivo, contaría con Raul Porchetto y un joven Alejandro Lerner en sus filas.
Charly García formó La Máquina de Hacer Pájaros, su primera banda post-Sui Generis, otro exponente de rock progresivo. Otros grupos sinfónicos y progresivos de la época son Tórax, Ave Rock, Anacrusa y Materia Gris. Mientras tanto, Arco Iris continuó expandiendo su folk/rock sinfónico. Junto con Contraluz sería el mayor exponente del subgénero.
El 24 de marzo de 1976 el gobierno democrático fue desplazado por un gobierno militar, abriendo uno de los períodos más obscuros de la historia argentina, lleno de represión, censura y "desapariciones". El rock argentino, al igual que la sociedad toda, sufriría el período de mayor censura de su historia. La música rock era vista como subversiva por los militares, y en un discurso de 1976 el almirante Massera denunció a los músicos de rock y a sus fans como potenciales subversivos. Antes del fin de la década el rock se popularizó cada vez más en la escena underground.
A pesar de esto, la música continuaría su desarrollo. Los heavies de Vox Dei y Pappo's Blues mantuvieron su popularidad. Otra banda heavy, Plus, hizo su debut en 1976 y disfrutó del éxito hacia fines de la década.
Fines de los años ‘70
El rock argentino continuó con su sonido sinfónico durante el fin de la década; sin embargo, los años ‘77 y ‘78 estuvieron marcados por la separación de varias bandas. En la cúspide del rock progresivo, Crucis y Espíritu se convirtieron en los dos grupos más conocidos del período. La Máquina de Hacer Pájaros también contó con popularidad, siendo su primer disco un gran ejemplo de buen rock progresivo. En 1977 Crucis se separó, al igual que Pappo’s Blues. Aquelarre retornó de España, pero luego de un tour se separaría.
Sin embargo, 1977 sería el año en que una banda de La Plata llamada Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota comenzaría a tocar. Con su particular rock y los extraños atuendos con los que se presentaban a tocar, los “Redondos” se convertirían con el paso del tiempo en una de las bandas más importantes del rock argentino moderno, convocando masas y ganándose un lugar junto a las otras grandes bandas del rock nacional.
1977 fue un año de bandas de éxito pasajero: Orion’s Beethoven era una banda de rock progresivo encabezada por los hermanos Ronán y Adrián Bar; venían tocando desde 1969, teniendo su momento de fama ocho años después y Soluna (segundo grupo de Gustavo Santaolalla), que si bien con la grabación de su único disco, Energía Natural (con participación de Charly en los teclados), no logró gran éxito comercial, sí se ganó la aprobación de la críticaNinguna de estas bandas logró mantener su popularidad y Soluna se disolvió en 1977.
A fines de la década, aún más bandas dejaron de existir. Luego de dos exitosos álbumes, el grupo de Charly García, La Máquina de Hacer Pájaros, se separó, al igual que Invisible. Pastoral, uno de los pocos grupos acústicos todavía exitosos, se separaría en 1978, al igual que ALAS. El rock argentino sufrió una de las peores crisis desde su concepción y los medios hablaban abiertamente de la muerte del rock nacional. Sin embargo, en la “sequía” de 1978 el rock argentino tuvo a su primera “superbanda” exitosa: Serú Girán.
Serú Girán
Charly García, Oscar Moro, David Lebón y Pedro Aznar lograron con Serú Girán alcanzar una gran popularidad con su propio estilo de rock, llegando al público de las clases bajas tanto como a los de los sectores medios-altos.
En parte debido a que el grupo vivió por tres meses en el nordeste de Brasil, el primer álbum de la banda estuvo claramente influenciado por la música brasileña, combinada con el rock progresivo y el jazz.
Pero en el primer concierto de la banda para promocionar el disco se dio una de las anécdotas más extrañas del rock argentino: en el show, los fans no entendieron los extraños trajes que la banda usaba (completamente blancos, excepto por Charly, que estaba con una chaqueta negra y zapatos); y luego cuando el grupo tocó “Disco Shock”, una sátira de la música disco, la gente se lo tomó en serio. Silbidos y abucheos siguieron, y lo que debería haber sido un gran concierto se convirtió en un fiasco, con los fans clamando por canciones de Sui Generis. La gente no entendió el mensaje y circularon toda clase de rumores acerca de la orientación sexual de los miembros de la banda.
Serú Girán lanzó su segundo disco, intitulado La Grasa de las Capitales en 1979. El álbum fue bien recibido por la prensa especializada y cimentaría su lugar como la mejor banda de la época. El tercer disco del grupo, Bicicleta (1980), fue recibido tibiamente al principio, pero con el tiempo se ganaría el lugar de mejor álbum del grupo. Ambos álbumes se van alejando del rock sinfónico del primer LP, mientras que el panorama musical en general se vuelve más visceral y “simple”, con menos arreglos. Serú Girán no se mantendría al margen de estos cambios, mientras el rock argentino escribía los capítulos finales del rock sinfónico y progresivo.
Guerra y vientos de cambio
La nación todavía se encontraba bajo control militar hacia comienzos de los años ‘80. El inicio de la década mostraba a un Serú Girán con un sonido menos pretencioso, pero que seguía en lo más alto de las listas. Vox Dei entró en su tercera década de existencia y la popularidad de León Gieco como solista seguía creciendo.
Una de las últimas bandas importantes del período del rock progresivo fue Tantor, un grupo mucho menos sinfónico y más experimental y progresivo, con influencias del jazz. Su primer álbum sería un éxito en la escena progre y la banda continuaría hasta mediados de la década, siendo una de las últimas bandas de esta etapa.
Serú Girán se fue de gira a Brasil en 1980, donde la recepción que tuvieron fue tan positiva que los organizadores les pidieron para tocar otra vez al día siguiente, pero junto con el grupo de jazz-rock Weather Report, entre otros. Posteriormente, en Buenos Aires, tocaron en La Rural, juntando aprox. 60.000 personas y coreando “No se banca más”, en alusión al gobierno militar. También tocaron junto al proyecto de Spinetta Spinetta Jade. Spinetta Jade era una especie de combinación entre jazz y rock, bastante infrecuente en el país en ese momento. Hacia los dos últimos álbumes su sonido se fue haciendo algo más pop y con más influencias de la música electrónica (samplers y sintetizadores).
Serú Girán lanzó su cuarto álbum, Peperina en 1981, pero a finales del año Pedro Aznar decidió unirse al Pat Metheny Group en los Estados Unidos. El 6 y 7 de marzo de 1982, Serú Girán tocó por última vez en el Luna Park. Un momento memorable fue la primera y única interpretación de la canción “No llores por mi Argentina” (sin relación con el musical Evita), un tema lleno de simbolismo y de melancolía.
A comienzos de 1982, Gustavo Santaolalla lanzó un álbum renovador titulado precisamente Santaolalla, acompañado por una banda integrada por Alfredo Toth (bajo), Willy Iturri (batería), Alejandro Lerner (teclados), Rubén Rada (congas), Oscar Kreimer (saxo), Osqui Amante (percusión) y Mónica Campins (coros). El álbum ha sido considerado «el primer disco de rock moderno de la Argentina».
La economía Argentina se encontraba en plena recesión hacia 1982, y el descontento contra el gobierno militar iba en aumento. El 2 de abril de 1982 el gobierno de facto inició la Guerra de las Malvinas, como un intento desesperado por mantenerse en el poder mediante la manipulación del apoyo popular a través de una larga reivindicación del pueblo argentino, como son las Malvinas. Miles de jóvenes fueron mandados a la guerra, mal equipados, en pésimas condiciones y desinformados. Luego de cientos de muertes y duros combates, los ingleses finalmente lograron recapturar las Islas Malvinas. Luego de la derrota militar, solo era cuestión de tiempo para que el gobierno militar se retirara del gobierno.
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